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domingo, 10 de febrero de 2013

Niebla...

John Carpenter no podía imaginar que 33 años después del estreno de su mediocre producción de serie B "Niebla", alguien plagiase su fórmula en ese extraño estado imposible llamado España. En la película de Carpenter una misteriosa y cutre niebla aparecía y mataba a la gente. Aquí prevarica todo dios y después aparece una niebla que disipa cualquier culpabilidad. Pocos días después del mayor escándalo desde la restauración democátrica ya se empiezan a disipar la culpabilidades y en las rotativas las noticias sobre corrupción van cayendo a los pies de las páginas. Hoy estuve bajo una tormenta de nieve en O Cebreiro, una aldea de montaña en medio del camino de Santiago, y por más que busqué bajo el blanco manto, no encontré los millones...sólo grandes perros mastines y turistas vestidos de Quechua que se tiraban bolas de nieve duras como el acero. Niños que llorando querían volver a sus casas y mujeres temblando bajo los plumíferos. Al volver, después de haber quemado millones de euros en gasolina, nada mejor que una peli de Martin Scorsese para olvidarme del frío, con Leonardo di Caprio, un pijo redimido en actor maldito y un Nicholson que cuándo guarda sus tics en el cajón de lo razonable, da un miedo atroz. Amigos, estamos en carnavales, mañana me disfrazo, aunque a mi alrededor se conjuró todo dios para no hacerlo...porque en la vida hay que tener ilusiones, aunque sean pequeñas y raras. Un amigo mío hace años que no tiene ninguna ilusión por nada que no sea su cerveza y su cigarrillo, yo le animo a salir a la calle a ir a conciertos de rock o a patinar sobre hielo, pero él se ríe de mí y me dice con desprecio que ya no somos niños...yo seguiré viendo películas de serie B y patinando sobre hielo toda mi vida porque me hace ilusión y me hace olvidarme de las otras series B, esas en la que los malos esconden sus oscuras fortunas bajo la misteriosa y cutre niebla de John Carpenter...ahora me iré a dormir y soñaré con la cara oculta de la luna, porque siempre es un buen momento para la adoración onírica de Pink Floyd...

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