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lunes, 11 de marzo de 2013

¿Existe inteligencia en...los gimnasios?

Siempre pensé que vivir más allá de los 35 no tenía sentido. Ahora que he rebasado generosamente esa edad, creo que vivir más de 90 ó 100 años...tiene mucho sentido, claro que para ello, además de la mente activa, la serenidad y todas esas cosas que dice Punset, conviene mantener una gran actividad física (Y sexual, buena observación). Por ello, procuro ir al gimnasio cada vez que puedo, ya que lo de la mente activa, la serenidad y la gran actividad sexual es mucho más fácil de lograr que ir al gimnasio 3 días a la semana. Esta mañana, sin ir más lejos, he ido a entrenar al gim. Los tíos somos mucho más tontos que las mujeres por eso en la entrada del complejo deportivo ya hinchamos el pecho como pavos en celo. Después de calzarnos las Nike, los guantes de Decathlón, colocar el Ipod con una cinta en el biceps, los auriculares y la toallita al cuello, si queda tiempo...entramos en el gimnasio. La sala de musculación y aeróbicos es algo así como una discoteca de jóvenes ardorosos dónde algunos viejos patéticos nos hemos colado por error. Existen varios prototipos de héroes de gimnasio: La joven vigoréxica y sudorosa que corre durante 3 horas en la cinta...y después se va a la bici estática, el anciano que se empeña en trabajar abdominales creyendo que existen ese tipo de músculos tras el barrigón, el ejecutivo vestido de tenista al que el médico asustó para que se matriculase...y así tengo documentados hasta 100 ó 120 prototipos, pero amigos míos hoy hablaré de una especie zoológica mayoritaria y muy interesante: El chulito de gimnasio. Se reconocen fácilmente por sus músculos enormes y sus conversaciones diminutas del tipo de: "¿Que tal anoche en la disco?" Y Chulito 2 responde: "Buff" y Chulito 1 apuntilla: "Que cabrón" Fin. Y así 30 ó 40 veces van pasando los distintos chulitos por la máquina dónde Chulito 2 levanta 300 kilos de hierro con una sóla mano...en la misma máquina que yo levanto 50 kilos con las dos manos, procurando que no me vean los chulitos, porque ¿Sabéis amigos? En un gimnasio si no levantas 300 kilos con una mano, no eres nadie y ni siquiera te saludan, a no ser que tengas pinta de malo, entonces te consideran uno de ellos (A mí a veces me saludan). Mucho peor es el ambiente que se respira en la sauna. Ayer me senté con la sauna vacía en una grada que recuerda al senado romano (Allí dónde apuñalaron a Julio César), a los dos segundos se sentaron a mi lado Chulito 1 y Chulito 2, dejándome emparedado cual loncha de mortadela. Se pusieron a hablar de las chicas que se ligaron el finde, de motos potentes y de tuning. Cuando logré huir del calor infernal y de la conversación satánica, me vestí a toda prisa con la extraña sensación de que la sauna rezumaba homosexualidad reprimida...ya en casa, noté que mi cuerpo y mi mente alcanzaban ese estado imposible de la ingravidez. Quizás muchos de nosotros no lleguemos a los 100 años, pero os aseguro amigos que yendo al gimnasio váis a tener los huesos más desgastados (Con lo cual os váis a mover mejor al no existir rozamiento)y la mente mucho más cultivada, especialmente en el noble arte del trucaje de turbocompresores...

1 comentario:

Unknown dijo...
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