sábado, 20 de octubre de 2012
Cartas a mi mismo (I)
Querido yo: Por lo menos queda algún tipo lúcido en este país, y no soy yo, te lo juro, es El Roto, antes se llamaba Ops y yo lo seguía en esa genial revista "La Codorniz" Dónde incluso escribieron y dibujaron Jardiel Poncela, Mihura, Tono, Álvaro de la Iglesia, Gila y tantos otros talentos en tiempos difíciles. Ahora le dan a El Roto el premio de Ilustración del Ministerio de Cultura. Debe ser lo único provechoso que ha hecho el ministro desde que llegó como un pirómano a una biblioteca. Pero no seamos pedantes, amigo yo, ambos sabemos que nuestra cabeza no está en eso, sino en lugares menos elevados...pasado mañana hay elecciones en Galicia y no me importa un carallo, como a la mayoría de la población. Lucharé con mi voto, mi blog y mi chocolate con churros, que soy un tipo serio y comprometido con mi país, por eso no perdono el chocolate con churros de los domingos. Ya sé que no sirve de mucho, pero intentaré que no salgan elegidos los corruptos...¿Ves, yo? Ya me empujas a ser quien no soy ¿O sí soy? Me gustaría hablar aquí de las noches de seducción, de mi relación con el hampa gallega, de las sustancias psicotrópicas y de los amores imposibles, pero es que no me dejas, me obligas a ser jodidamente correcto y analítico, y nosotros no somos así, tú lo sabes. Hubo años en los que nos dejamos arrastrar por nuestros instintos más primarios pasados por el tamiz del hedonismo más suicida. Increíblemente, en esos periodos infernales, lo que más brillaba eran las miradas transparentes de las personas que nos querían (A pesar de que nosotros nos empeñábamos en demoler nuestras existencias y las suyas) Pero, no nos confundamos, amigo yo...nunca fuimos unos suicidas natos, siempre nos agarramos al palo ardiendo del teatro, de la música y del boxeo. ¿Recuerdas, yo, cuándo nos levantábamos a las 6 de la mañana para ver a Mike Tyson noquear en unos segundos a Frank Bruno? Sí, nuestros sufridos lectores pensarán de nosotros que éramos unos desaprensivos, y que ahora estamos desvariando. Por ello, tengamos un rapto de honradez y pongamos fin a esta entrada insufrible. No sin antes recordar, que El Roto, sí que es un genio, y que nosotros sólo somos francotiradores agazapados en el tejado de nuestra excentricidad...
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