martes, 30 de octubre de 2012
Sanatorio, dulce sanatorio
De nuevo estoy en el psiquiátrico, me siento como en casa. Varelita el esquizo e Idoia la bipolar, junto con la enfermera Rancaño y un médico joven (El único médico que saluda) me tenían preparada una tarta de merengue para recibirme. En vez de velas les pusieron pastillitas de Valium. También se pusieron muy contentas de verme las monjitas de Nuestro Señor Torturado, que nos hacen visitas todos los martes y además me regalaron unas estampitas de Escrivá de Balaguer. Después del desayuno y el baño, me devoré los periódicos de estos últimos días. Seré un psicópata y un depresivo (El Doctor Rancaño dice que mi patología es muy rara) pero nunca un ignorante. Me enteré de que los nacionalistas catalanes y vascos quieren unirse para comenzar una ofensiva independentista y que Rajoy no les deja. También leí que los yanquis las están pasando canutas con el huracan Sandy que les está destrozando la Costa Este. Espero que Obama gestione bien la crisis y salga fortalecido en este periodo electoral, porque si gana Romney estaremos bajo el yugo del muñeco de un ventrilocuo. Antes me estresaba cada vez que veía que la prima de riesgo subía, que el PIB bajaba, que nos tenían que rescatar, pero resolví todos mis problemas económicos cuándo empecé a practicar yoga. Estaba arruinado, pero sereno. Sólo me salí de mis casillas el día ese que le aticé al director de mi banco. Os confesaré que ya le tenía ganas: Me había obligado a contratar un seguro absurdo con la hipoteca en el que encima el beneficiario era el banco. Después empezaron a cobrarme por la cuenta, las tarjetas, las transferencias y por todo. Y un dia que tenía de milagro unos pocos euros de una herencia, va el tío cabrón y los invierte en Lehman Brothers sin decirme nada. Claro que yo firmé un papel en blanco como siempre habíamos hecho. Total, mi cuenta en negativo y yo aqui encerrado. Aunque fue peor lo de Gómez el celador. Habia vendido la casa de su familia en Lugo por 300.000 € y en la caja le dijeron que comprara preferentes con el dinero. El pobre Gómez es tan tonto, que todavía cobra la nómina en la caja y sus hermanos le embargaron hasta el mechero. Lo increíble es que entras en esos bancos intervenidos y los jefecillos te miran por encima del hombro. Ahora tengo que irme que me van a sacar sangre. No sé si me quedará...desde luego prefiero esta extracción, y no la de los lobbies invisibles que nos desangran día tras dia...
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