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domingo, 31 de diciembre de 2023

La Nochevieja del Sr. Viñuelas

 


El Sr. Viñuelas había trabajado 25 años de contable en una empresa. Defendía a su empresa por encima de cualquier consideración moral, a pesar de las irregularidades contables.

Hace 15 años, la admirada empresa del Sr. Viñuelas, lo despidió, gracias a un nuevo programa de gestión que hacía vacuos sus servicios. 

El Sr. Viñuelas después del despido, se convirtió en un ermitaño que subsiste gracias a una pequeña pensión y unos ahorrillos. Se fue a vivir a una construcción precaria en medio del monte. Era un fin de semana mal mantenido, ya que al Sr. Viñuelas no le gustaba hablar con nadie y menos con los constructores y obreros. Cuando la cisterna del pequeño baño se estropeó, usó un cubo que habitó para siempre, cual fantasma, ese baño. Cuando la humedad penetró en una pared, no se lo dijo al constructor a pesar de estar en garantía, porque siempre es peor tener contacto con humanos que con húmedas bacterias.

Hoy es nochevieja en la cabaña del Sr. Viñuelas.

El Sr. Viñuelas no celebra ninguna fiesta ni evento porque desde pequeño es antisocial y nunca se le ocurrió ir al psicólogo porque al fin y al cabo es un humano más. No tiene amigos, no se habla con los 4 vecinos de la aldea ni con su anciana madre ni con sus 6 hermanos.

El Sr. Viñuelas tuvo una novia muchos años que lo aguantó y lo quiso, todo lo que se puede querer a un golem. Pero en el año 25 la novia se fue con un representante de bisutería ludópata y simpático.

El Sr. Viñuelas fuma porros, bebe cerveza y escucha a Jimmy Hendrix, porque es lo que hizo siempre y ahora no va a cambiar. Es un hombre de pensamiento rígido. No se pierde un partido de baloncesto ni de fútbol y puede recitar de memoria la alineación del Barcelona FC del año 1989, porque tiene memoria matemática a pesar del hachís que fuma.

Viñuelas abrió la nevera y unos langostinos lo miraron con ojos tristes, como diciéndole "Si nosotros estamos mal, ¡¡Mira como estás tú!!". Coció 4 langostinos y frio con abundante aceite un paquete entero de salchichas Frankfurt.

Se sentó delante del televisor. Se hizo el último porro del año antes de cenar y se lo fumó con gran placer. Se acordó de cuándo tenía un par de amigos e iba a conciertos de rock con ellos. De cuándo creía que sería un gran arquitecto, pero todo se torció por la falta de disciplina provocada por la desidia existencial y los porros. Recordó que tuvo un cierto éxito entre las chicas del cole, pero que era incapaz de mantener las relaciones por su falta de educación afectiva. Se comió dos salchichas que quedaron entre quemadas y crudas. De joven tenía pensamiento crítico. Ahora votaba siempre al mismo partido pasara lo que pasara. De joven leía, ahora ya no. En su casa nunca se tocaron. Ni su padre ni su madre les daban besos. Solo en ocasiones especiales y delante de invitados. "Me voy a abrir otra Franciskaner" Se comió tres tristes langostinos y al cuarto lo humilló dejándolo en el plato.

Viñuelas encendió el fuego en la chimenea. Hacía tiempo que esa chimenea se caía, pero no valía la pena hablar con nadie para arreglarla. El fuego creaba imágenes fantasmales. Al Sr. Viñuelas le pareció ver el rostro de su exnovia entre las llamas del fuego. Le pareció ver un niño que nunca tuvieron porque decidieron abortar. Vio a Mike Jagger dando saltos en un concierto inolvidable al que asistió, cuándo todavía la vida de Viñuelas albergaba la esperanza de empatizar con ese mundo que ahora odiaba...

Las salchichas del Sr. Viñuelas fueron desfilando militarmente hacia el fondo de su estómago.

Viñuelas abrió la tercera Franciskaner (Cada una de medio litro). Entonces el Sr. Viñuelas tuvo una revelación:

"Esto del fin de año es una mierda. El año que viene no como langostinos"

Y entonces se comió el último langostino que ya estaba celebrando su indulto y se murió...