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lunes, 29 de agosto de 2022

Y DE REPENTE OTRO OTOÑO...

"Coño, coño, primavera parece más que otoño" Escuché esta curiosa frase, ensayando una obra de Peter Weiss "De cómo el Señor Mockinpott consiguió liberarse de sus padecimientos" no llegamos a representarla en mi grupo juvenil de teatro (1977) pero había un mensaje muy interesante en ese texto teatral: "Misterio es el trabajo, el matrimonio, la salud, el dinero; hasta el ponerse los zapatos; en todo está el demonio; en moverse y, en fin, en no moverse" Viene esto a cuento (Además de que siempre mola citar a un autor consagrado) porque el fin del verano se acerca de nuevo. Otra vez huyen como cobardes las hordas de nómadas del todo incluido, del apartamento turístico y de la devota peregrinación con mochila y ampollas que nos visitaron en perfecto desorden en busca del descanso imposible. Aunque aún no llueve, un extraño sentimiento de desolación nos embarga. Ya no es que este invierno no podremos pagar la calefación y que tendremos que pasarlas canutas para llegar a fin de mes. No amigas. Es mucho peor. Estamos ante la eterna metáfora de la transitoriedad de la vida, ante ese futuro incierto que se avecina con pinta de esqueleto asesino. Y no podemos evitarlo. Lo mejor es utilizar el sentido del humor en todo lugar y momento. Recuerdo a una refugiada ucraniana entrevistada en televisión: "Yo creí que mi vida en Ucrania era mediocre, trabajaba duro, salía de vez en cuándo, un coche viejo...ahora que no tengo nada y hay guerra, me he dado cuenta de que era muy feliz". No hablo de conformismo, hablo de ser conscientes de que no podemos controlarlo todo ni dirigir como Billy Wilder la película tragicómica de nuestra vida. Las ilusiones de la primavera, en el otoño se antojan triviales. Cuándo pensabas en ser feliz con alguien, solo deseabas que esa persona fuera guapa y/o simpática. Ahora te has empeñado en que un amor debe de ser profundo y que si tu pareja no posee calidad humana, la vida puede ser un infierno. Las relaciones con picos y valles son muy cansinas, aunque todos disfrutamos de las maravillas de las reconciliaciones, estas suelen ser el preámbulo de la próxima guerra mundial. En primavera pensabas en tener una casa con piscina para ser feliz. En otoño cambiarías tu mansión por una buena próstata. Nunca sabes cuándo acabará una relación ni una vida. Ni siquiera cuánto aguantará el precio de la gasolina. Pero lo que sí sabemos es que no podemos vivir con miedo ¿Quien tendrá tanto interés en que vivamos atemorizados del futuro? A veces se nos escapan los análisis de la realidad política y macroeconómica. Demasiadas variables para interpretar. Lo que no se nos escapa es que vivir es una gran putada, aunque estemos disfrutando de momentos maravillosos en todos los ámbitos de nuestras insignificantes vidas. Recuerdo una viñeta con un universo dibujado plagado de grandes planetas, estrellas y quásares con una flecha que apuntaba a un diminuto puntito y decía: "Usted está aquí, cálmese un poco" Volviendo a Peter Weiss: El Señor Mockinpott tenía graves padecimientos e intentó solucionarlos acudiendo a gobernantes, médicos, poderosos e incluso a Dios...nadie alivió su dolor. Pero Mockinpott, en su otoño, descubrió que todos sus males provenían de llevar los zapatos al revés...y nunca más volvió a sufrir.

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