Cuándo el gran escritor comenzó a escribir de nuevo, observó que la mesa y el ordenador tenían una ligera capa de polvo. Se levantó, empapó una bayeta de microfibra con agua y limpiador PH Neutro de Mercadona y volvió a su despacho a luchar heroicamente contra el polvo. Con sumo cuidado de no electrocutarse, acarició el PC sensualmente hasta no dejar ni una mota. Volvió a la cocina, escurrió la bayeta verde bajo el grifo y la colgó en el tendal.
Voy a escribir un gran poema de resistencia y amor en tiempos de pandemia. Ya tengo el título: "Poesía para nadie"
Al comenzar a teclear el título en su vieja computadora, observó que los objetos de la mesa no estaban convenientemente alineados. Entonces colocó el bolígrafo sobre el dietario de 1992, las gafas, alineadas con el dietario, el teléfono centrado con las gafas y movió la lámpara led, cuya base era un triángulo equilátero para que dos vértices coincidieran con el lado posterior de la mesa.
Ahora he creado el ambiente perfecto para comenzar mi gran obra poética. Esto le gustará mucho a Lulú, que hace mucho tiempo que no me hace puto caso…
Lulú no le hacía puto caso al gran escritor, porque ahora salía con un culturista petulante. Pero todo el mundo sabe que el desamor y la traición son perfectos para la lírica inmortal. Las palabras comenzaron a aparecer en la pantalla del portátil:
POESÍA PARA NADIE
Te difuminaste una tarde lluviosa
entre el
vapor de nuestras lágrimas
mis sábanas me preguntan si volverás
o esta poesía ya para nadie nunca será…
El zumbador de la puerta
sonó fuerte y estridente.
El gran escritor se
levantó contrariado y se dirigió a abrir la puerta, no sin antes alinear
cuidadosamente su sillón de dirección con el lado anterior de la mesa.
En la puerta apareció un
fontanero gordo de sucio buzo azul.
- Vengo a buscar una fuga
en las bajantes de fecales…
- Debe ser un error…
Antes de que el gran
escritor se diese cuenta, el fontanero avanzó hacia el baño (Los fontaneros
siempre saben dónde está el baño) dejando tras de sí un fuerte olor a sudor y brea.
El gran escritor contempló
con horror como las botas de trabajo del plomista dejaban su silueta de color
marrón en el brillante parquet. Corrió a por la fregona y llenó un cubo con
agua y limpiador neutro de Mercadona.
Unos martillazos comenzaron a sonar en el suelo de su baño. El gran escritor soltó la fregona horrorizado y corrió hacia el baño. Al llegar una nube de polvo y el estruendo del mazo en el mármol, casi le provocan un ictus.
- ¿Cómo se atreve a picar
en mi baño?
- Tranquilo - Respondió el
fontanero - corre de cuenta de la comunidad.
- ¡Pero yo no quiero que
me rompa el baño! ¡Me está llenando todo de polvo!
- Si quiere le dejo todo
así y me voy - Dijo una sombra fantasmal y gorda entre el polvo.
-¡Pero yo soy un gran
escritor! ¡Un poeta! ¡Así no hay Dios que escriba!
- Tranquilo, corre de
cuenta de la comunidad
El fontanero gordo siguió
picando toda la tarde.
En esto llamaron de nuevo
a la puerta de la calle. El gran escritor fue a abrir.
Un fontanero desgarbado y
flaco con una colilla apagada en la comisura de los labios, apareció en la
puerta.
- ¿Está aquí mi compañero?
- Los martillazos seguían sonando como obuses.
-¿Usted que cree?
- Pues dígale que la fuga
estaba en el piso de abajo.
El fontanero desgarbado y
flaco se dio la vuelta y se fue.
El fontanero gordo y
sucio, recogió su material y se fue.
La casa del gran escritor
quedó llena de cascotes, polvo y huellas de dinosaurios.
El desasosiego cabalgaba
alegre por todo el inmueble.
El gran escritor estuvo hasta
altas horas de la madrugada fregando la casa y alineando todos los objetos del
mundo con precisión.
Ya amanecía cuando se
sentó en su escritorio, borró sus cuatro versos y comenzó de nuevo a escribir
su obra lírica más inmortal.
POESÍA PARA NADIE
Te fuiste con un culturista petulante
pero no me importa, vaya por delante
porque en la inmensidad del universo
polvo somos y del más perverso
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